domingo, 3 de diciembre de 2006

1.-NEGLIGENCIA

INTRODUCCIÓN
Para comenzar el tema debemos hacer diferencias entre lo que es negligencia médica y error médico propiamente tal. La negligencia médica es aquella cometida por un profesional de la salud, ya sea, un doctor, una enfermera, un dentista, un técnico, un trabajador de un hospital, cuyo tratamiento de un paciente implica un determinado estándar de cuidado que deben tener todas las personas con experiencia y entrenamiento similares y cuyo tratamiento resulta de un daño para el paciente mediante la falla conciente u omisión de los protocolos estándar.

Entre tanto en el error médico existen distintos factores que propician la aparición de un error en medicina entre los que incluyen: falta de conocimientos técnicos, imprudencia, falta de actualización de conceptos que varían en el tiempo, iaotrogenia (daño producido por los riesgos inherentes a un tratamiento o procedimiento médico quirúrgico correcto) e incumplimiento por el paciente de las recomendaciones médicas. Todas estas condiciones se suceden con relativa frecuencia en la práctica médica hospitalaria o ambulatoria y no constituyen actos negligentes.

Debemos saber que los servicios de salud, son organismos cuyo quehacer es la satisfacción de las necesidades de las personas, ya sea en promoción, prevención, recuperación y rehabilitación de la salud, por medio del equipo de salud, quien se compromete a proveer los cuidados necesarios para cada individuo, en un ambiente grato, respetando los derechos de los usuarios. En cuanto a los servicios de enfermería se refiere, ésta debe prestar cuidados en materia de salud (ya sea física o mental) al individuo, familia y comunidad, para la conservación de su salud y apoyo en los procesos patológicos. Pero existen aspectos relacionados con la responsabilidad médica y el aumento de demandas por resultados adversos y/o por reales negligencias médicas. Estos son temas que han estado siempre presentes en el ejercicio de la medicina y el equipo de salud. Muchas personas creen que los médicos son los únicos profesionales de la salud quienes pueden incurrir en negligencia. De hecho, la mayoría de los prestadores de servicios incluyendo terapeutas, enfermeras, psicólogos y dentistas están sujetos a dicha acción.

Dentro de la enfermería existe también negligencia o llamada “mala práctica de enfermería”, esto ocurre cuando una enfermera falla en tratar adecuadamente una condición médica, resultando en una lesión nueva o agravante de la misma. Tal como con un especialista, existen ciertos estándares de atención aplicados a la enfermería. Los estándares son planes relacionados con el comportamiento solicitado a las personas. Especifican cómo ellas deben comportarse en determinadas situaciones. Buscan sustituir el proceso de decisión individual, generalmente restringiendo el grado de libertad de las personas en determinadas situaciones previstas.

Se espera que las enfermeras actúen de una manera basada en este estándar de atención. Cuando las enfermeras no actúan de acuerdo a estos estándares de atención aceptados, son negligentes y culpables de mala práctica de enfermería.

Las reclamaciones por mala práctica de enfermería pueden surgir cuando una enfermera actúa de manera que pudiera haber sido considerada como inaceptable cuando se compara con la manera en que otra enfermera con un entrenamiento similar hubiera actuado.

Datos de Chile

En Chile, existen muchos casos de negligencia por parte del profesional de salud, en donde no existe un ordenamiento por parte de estos lo que lleva a tener comportamientos poco éticos y poco dignos ante los pacientes, ante esto se puede mostrar algunos de los tantos casos de negligencias, ante lo cual los pacientes tienen sus derechos o más bien deben exigir equidad social.

La aparición reciente en las noticias del caso de los nueve recién nacidos que se les inyectó un relajante muscular en vez de la vacuna de la tuberculosis en el Hospital de Los Ángeles y el de los dentistas procesados por cuasidelito de homicidio del fallecido estudiante Patricio Villenas Fernández (18), sólo revelan la normalidad con que los hechos de carácter médico no terminan con el resultado esperado, pasando al plano de las negligencias, muchas de ellas quedando a la jurisdicción de los tribunales. Pero contrario a lo que se pudiese pensar, y de acuerdo a la estadística más reciente sacada por el Ministerio de Salud sobre las supuestas negligencias ocurridas en el sistema de salud público, entre el año 2000 y 2001 se interpusieron 551 denuncias en los centros asistenciales, de las cuales sólo en 225 casos se inició un sumario administrativo, de los cuales el 16% de los casos fue sancionado y el 38% sobreseído, mientras que el resto sigue la investigación en curso.

Otra realidad que es distante es que después de un promedio de cinco años, muchas de las querellas son sobreseídas por falta de pruebas y por falta de conocimiento por parte del paciente o de sus familiares en lo que es sus deberes como pacientes, y sólo en aquellas en que la falta es muy notoria, sobre todo en casos de entidades privadas se llaga a una acuerdo económico con la familia de la víctima o el perjudicado, sin embargo, los montos que se manejan son muy inferiores a los solicitados originalmente.

Responsabilidad del Profesional de Enfermería

Los servicios de la enfermera comprenden la gestión del cuidado en lo relativo a la promoción, mantencion y restauración de la salud, la prevención de enfermedades y la ejecución de acciones derivadas del diagnóstico y tratamiento médico y el deber de velar por la mejor administración de los recursos de asistencia para el paciente.

Las funciones de las y los profesionales en enfermería deben estar reguladas por protocolos y normas de carácter interno. El uso de los registros de enfermería es de vital importancia, toda indicación o procedimiento que reciba o realice el profesional debe estar debidamente documentado en estos registros, ya que es la constancia escrita de las comprobaciones realizadas en el examen, en el curso de la evolución y del tratamiento. Asimismo es importante documentar cualquier cambio en el paciente o problema que se presente.

Todos los registros que se realizan en un paciente son un medio de comunicación entre los miembros del equipo de salud, ya que estos muestran todos los datos relativos a las condiciones de salud del paciente con el propósito fundamental de facilitar la organización y calidad de la atención a las personas e inclusive para que posibilite la continuidad del tratamiento en caso de cambio de servicio, lo mismo que para otras instituciones que en un momento dado deban participar de la atención.

Este punto nos lleva a la ética Katiana que habla de la autonomía moral, dice que la conciencia moral manda de modo absoluto, ordena de un modo incondicionado. La conciencia moral dice: “debo ser amable con él porque es mi deber de tratar bien a la gente”, en el caso de enfermería nosotros diríamos “ Debo resguardar la calidad de vida de las personas porque debemos tener en cuenta que el paciente es alguien vulnerable”, el profesional de enfermería, trabaja con el paciente viendo desde una perspectiva biopsicosocial y tiene la responsabilidad de cuidar la salud de este.

Las claves en la comunicación enfermera-paciente para evitar negligencias

“Se sabe-dice- que en Estados Unidos un altísimo porcentaje de las demandas por negligencias y de los errores de diagnósticos, obedecen a problemas de comunicación en la consulta, que pueden fácilmente mejorarse”

Este tipo de relación enfermera-paciente abarca el medio sociocultural de las personas sus valores creencias, estilos de vida y con preguntas tan simples como su fecha de nacimiento, o su religión, su profesión podemos percibir sus valores y de esta forma enfrentar al paciente ya que a todos hay que abordarlos de distinta manera y en forma digna sin crear juicios de valor, resguardando plenamente su intimidad.

La Facultad de Medicina UC, es pionera en la enseñanza de técnicas de comunicación enfermera-pacientes a sus alumnos y una de las pocas universidades que ofrece un programa tan completo a nivel latinoamericano.

Por ejemplo, cita un estudio realizado en un hospital de Nepal, en India, donde a la salida de un centro médico, los pacientes recordaban no más allá del 50% de todo lo que se les había conversado en la consulta, sin poder repetir muchas de las indicaciones para su tratamiento. Una situación que disminuyó en más de un 50%, después de capacitar a los profesionales con técnicas básicas y muy simples de comunicación, que hacen posible entender y retener las indicaciones, como, por ejemplo, chequear lo que entendió el paciente con una pregunta: “¿A qué hora, entonces, debe tomarse las pastillas?”, con esta intervención tan simple se puede disminuir el riesgo de caer en negligencias.

En enfermería las causas más comunes de negligencias son:

-Caídas de pacientes.
-Errores de medicación.
-Uso inapropiado de equipos.
-Falla en remover cuerpos extraños.
-Falla en promover suficiente monitoreo.
-Falla de comunicación
-Fallas en seguir las ordenes prescritas y protocolos establecidos.

ABUSO DE LOS MAYORES

El abuso de las personas mayores es una violación de los derechos humanos y una de las causas más importantes de lesiones, enfermedades, pérdida de productividad, aislamiento y desesperación.

Las cuatro formas más generales de abuso y negligencias de enfermería son:

1.- Abuso físico: dolor físico o lesiones (causados por ejemplo con bofetadas o golpes), abusos sexuales, actos coercitivos (aproximadamente 20%).
2.-Abuso psicológico: causar ansiedad mental, por ejemplo con humillaciones, intimidaciones, amenazas (aproximadamente 20%).
3.-Abuso o explotación financieros: uso indebido de las propiedades o recursos de otra persona (aproximadamente 20%).
4.-Negligencia: incumplimiento de una obligación solícita de proporcionar bienes o servicios, por ejemplo abandono, denegación de servicios de alimentación o de salud (aproximadamente 40%). En esta categoría puede incluirse también el abandono de sí mismo.

Los más ancianos de los mayores (personas de 80 años o más) son objeto de un número de abusos y negligencias dos a tres veces superior a la proporción que les corresponde de la población de los mayores. El índice de abusos cometidos contra las mujeres mayores es más elevado que el que corresponde a los hombres, mientras que los autores de esos abusos tienden a ser hombres. Casi la mitad de las personas mayores que son objeto de abuso o de negligencia no son físicamente capaces de cuidar de sí mismas, motivo por el cual son expuestos a acciones inescrupulosas de personas que tienen antivalores de lo que concierne la dignidad humana.

El abuso perpetrado por el profesional que presta cuidados puede ser agravado por una “psicopatología (necesidad patológica que tiene el autor de controlar a otro ser humano), violencia entre generaciones, dependencia, o por factores más básicos como el estrés, la ignorancia, la frustración o la desesperación, y por la incapacidad de prestar los cuidados idóneos llevan al profesional de enfermería a caer en un no ordenamiento y a tener comportamientos poco éticos. Entre otras posibles variables, pueden mencionarse el entorno en que vive la persona mayor y la relación financiera, si la hay, entre el paciente y el dispensador de cuidados”.

Indicadores de negligencia: deterioro de la salud, deshidratación/ desnutrición, heridas o contracturas por violencia, suciedad excesiva y olor corporal o del vestido, pérdida o rotura de aparatos personales (por ejemplo: gafas, dentaduras postizas), caquexia (desnutrición extrema), vestido inadecuado, presencia de pulgas o piojos, escoceduras por orina, falta de energía, fatiga, exceso o falta de medicación (especialmente sedación excesiva) y cualquier indicación de que la persona mayor ha sido dejada en una situación insegura o ha permanecido sola durante un periodo de tiempo.

Caso de negligencia médica

Una mujer murió “llagada”, supuestamente por falta de aseo mientras estuvo internada en el Hospital “Roberto Calderón”.

Tribunales de Apelaciones ventilan una apelación en contra de otra médica que intervino en Masaya a la paciente y que provocó la muerte después de permanecer en coma.

Los familiares de una paciente que aún mantienen en proceso judicial en contra de una médico que la intervino en el hospital de Masaya, demandaron una investigación exhaustiva de la atención que aquélla recibió en el “Roberto Calderón” de Managua, antes de fallecer el pasado 13 de Septiembre.

José de Jesús Moreno Alemán, conyuge de María Argentina López, solicitó al Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH), que demandara al centro asistencial capitalino una explicación clara sobre la supuesta negligencia médica que llevó a que en sus últimos días se vida su cónyuge sufriera de escaras (úlceras de estrés)

Moreno aseguró ante el CENIDH que mientras su mujer estuvo internada en cuidados intensivos no recibió un adecuado aseo, por o que llegó a sufrir la úlcera en parte de su cuerpo.

Tras una reunión con las autoridades del Hospital “Roberto Calderó”, la funcionaria del CENIDH, Mélida Lumbi, indicó que el director del centro en su presencia dijo sentirse sorprendido por la reación de los familiares de López, después que durante el tiempo de casi más de un mes que ésta permaneció ingresada en el centro reconocieron la atención brindada.

La paciente fue sacada de ese hospital días antes de su deceso por consentimiento de los familiares ante la dirección del centro asistencial, dado que después de la operación sufrida en el hospital de Masaya había quedado como un vegetal.

La funcionaria del CENIDH manifestó que informará sobre esto a sus superiores, pero consideró que después de la explicación de lo sucedido por parte de las autoridades médicas, le explicaron que la paciente llegó con una lesión cerebral.

El pasado dos de julio la paciente fue conducida en estado de coma al hospital capitalino, después que el hospital de Granada le solicitó su apoyo debido a problemas que tenían para mantenerla con un ventilador mecánico.

Mediante lo observado en nuestras pasadas por campos clínicos durante estos tres años de estudio nos pudimos percatar que uno de los casos de negligencia de enfermería, es la falla que tiene la enfermera en el monitoreo de su personal, esto se puede percibir en la aparición de las úlceras por presión o escaras que presentan los pacientes postrados, ya sea en un hospital o en los hogares de ancianos.

Las úlceras por presión o escaras son heridas que aparecen en la piel que cubre las prominencias óseas al soportar una presión externa, debidas a una presión continuada sobre estas prominencias que interfiere con la buena circulación sanguínea y nutrición de los tejidos, evolucionando hacia la necrosis y ulceración de los mismos.

Para mantener la integridad de la piel es necesario mantener ciertos cuidados en nuestros pacientes tales como, mantener la piel del paciente limpia y seca, prestando mucha atención a los pliegues cutáneos, el lavado higiénico debe realizarse con agua tibia y jabón y después de este se debe secar muy bien la piel, es importante realizar un plan de movilización cada dos horas, siguiendo un ritmo de rotación determinado. El paciente nunca será arrastrado en la cama para hacer el cambio ya que ello podría producirle una úlcera por roce.

De la ejecución de estos cuidados se dedica la enfermera, quien escribe los planes diarios para que los lleve a practica el profesional técnico en enfermería, estas actividades van dirigidas al fomento de la salud y a la prevención de enfermedades y sus complicaciones deben concentrarse en mantener la independencia, prevenir y demorar la a parición de enfermedades, generalmente crónicas, múltiples y progresivas y sus discapacidades. Si estos cuidados no se llevasen a cabo, incurriríamos en una negligencia, que no solo recae la responsabilidad en el técnica, aquí el mayor responsable es el profesional de enfermería, quien es el que debe supervisar que su plan se lleve a cabo.

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